Semblanzas: Wendy Phillips Rodríguez

Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestra en Estudios Sánscritos por la Universidad de Edimburgo UOF, y Doctora en Sánscrito por la Universidad de Cambridge UC. Sus principales líneas de  investigación son la crítica textual, los procesos de evolución cultural, la diseminación de historias de la India hacia el mundo, la literatura comparada (en particular las relaciones existentes entre la literatura hispánica y la hindú), y la literatura mística. Por su tesis doctoral, fue acreedora del DK Award to the Outstanding Doctoral Thesis on Sanskrit.

Es Investigadora Asociada C de Tiempo Completo en el Instituto de Investigaciones Filológicas (UNAM), mantiene el nivel C en el Programa de Primas al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo PRIDE​​​​​​​, y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores en la categoría de candidato. Desde 2012, es la directora regional para Latinoamérica de la Asociación Internacional de Estudios Sánscritos. Desde 2008, es profesora en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Reproducimos un fragmento del artículo titulado «Imágenes de la no-dualidad en El canto del niño de las ocho jorobas«, con el cual colaboró en el volumen colectivo Los ríos sonosoros de la palabra (Mística y poesía):

El Astāvakragītā es un texto perteneciente a la escuela Advaita Vedanta, una de las más conocidas formas de pensamiento no-dualista de la India. Este texto presenta el diálogo entre el rey Janaka, gobernante de Mithilā, y Astāvakra (del sánscrito asta «ocho»; y vakra, «deformidades, malformaciones, jorobas»), un niño deforme que llega a su corte y sorprende a todos con su sabiduría.

Poco se sabe con respecto a la autoría del texto o a su fecha de composición. Su historia de transmisión es también particularmente obscura. Perteneciente al género gītā, consiste de un diálogo entre maestro y discípulo en el que el primero procura hacer ver al segundo la realidad última de las cosas y culmina con la comprensión total del discípulo después de haber presenciado una revelación. Son, entonces, estos tres elementos los que marcan el desarrollo de la obra: enseñanza, revelación y comprensión.

El texto es sencillo pero demoledor. De forma sistemática, en sus no más de 300 versos, procede a invalidar todos los caminos, ortodoxos y heterodoxos, que la tradición india había señalado hacia la trascendencia. No hay escuela filosófica o práctica que no salga refutada por la verdad simple que el Astāvakragītā enarbola: no hay camino hacia la liberación, la liberación ya es —y siempre ha sido— nuestro estado natural. Lo único que hace falta es hacernos conscientes de ello (171-173).

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