Semblanzas: Mauricio Beuchot Puente

Estudió en el Centro de Estudios de la Orden de Predicadores. Es licenciado en Filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac; maestro y doctor en la misma materia por la Universidad Iberoamericana. Ha realizado diversos estudios en la Universidad de Friburgo, en Suiza. Su principal área de estudio ha sido la hermenéutica, así como la filosofía medieval y novohispana, filosofía del lenguajes, filosofía analítica y estructuralismo.

De 1979 a 1990 fue investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, y desde 1990, es investigador del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la misma universidad. Actualmente imparte la cátedra de semántica y filosofía novohispanas en el posgrado, y coordina el Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Es autor de alrededor de una centena de libros y artículos sobre temas filosóficos e históricos, entre los que destacan Hermenéutica, lenguaje e inconsciente, 1989; Introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino, 1992, y 2000; La esencia y la existencia en la filosofía escolástica medieval. Su repercusión en la filosofía analítica actual, 1992; Historia de la filosofía en el México colonial, 1996;Tratado de Hermenéutica Analógica, 2009; Perfiles esenciales de la hermenéutica, 1997, 2008; Universalidad e individuo. La hermenéutica analógica en la filosofía de la cultura y en las ciencias humanas, 2002, entre otros.

Entre las distinciones que ha recibido, está el Premio Universidad Nacional 2000 de Investigación en Humanidades, y el doctor honoris causa por la Universidad Anáhuac del Sur. En 1990 fue nombrado miembro número 1 de la Academia Mexicana de la Historia, y desde 1996 lo es de la Academia de Doctores en Humanidades, miembro y socio honorario de la Sociedad Cultural Sor Juana Inés de la Cruz (México).

A continuación compartimos un fragmento de su artículo titulado «Mística y filosofía», que es parte del volumen Los ríos sonorosos de la palabra (Mística y Poesía):

 

En efecto, san Buenaventura conjuntó en sí mismo la filosofía y la mística en un grado muy alto. En cuanto a la filosofía, fue de los que aceptaron utilizar a Aristóteles en un ambiente en el que sólo se quería usar el platonismo, o neoplatonismo, por considerar que el Estagirita no servía para la reflexión teológica. A pesar de que en su sistema predomina el platonismo, incorporó en él varios elementos aristotélicos, como el hilemorfismo, que aplica incluso para las creaturas espirituales como los ángeles.

El platonismo de nuestro santo es evidente tanto por su metafísica como por su teoría del conocimiento. Su metafísica se basa en el ejemplarismo, esto es, en la tesis de que las cosas creadas tienen una idea ejemplar, que está en la Mente Divina, de la cual participan y a la cual imitan. Por ejemplo, el ser humano corresponde a la idea de hombre que tiene Dios, y a la cual se acerca cada ser humano a su manera. Lo mismo ocurre con el caballo, que participa de la idea correspondiente, la cual le sirve de ejemplar al que reproduce.

En cuanto a la epistemología, el platonismo es evidente en san Buenaventura a través de su teoría de la iluminación divina, la cual consiste en que Dios es el que en verdad proporciona el conocimiento al hombre. Las cosas sensibles sólo sirven como excitante o estimulante para llegar a la idea ejemplar que se halla en el entendimiento divino. Al conectarse con esa idea, a partir de lo empírico, es cuando se da en verdad el conocimiento. Es precisamente la idea de conocimiento que desarrolló san Agustín dentro de su línea neoplatónica. Por eso, tanto la metafísica como la epistemología de nuestro santo son platónicas, aunque llegó a incorporar elementos aristotélicos en menor medida (110-111).

Deja un comentario