Semblanzas: Dra. Margarita León Vega

Tiene los títulos de Maestra en Literatura Iberoamericana y de Doctora en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Desde 1989 es investigadora del Centro de Poética del Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM. Su área de estudio es la semiología aplicada a textos de la Literatura Mexicana e Iberoamericana del siglo XX. Ha dedicado sus investigaciones a temas relacionados con la poética de escritores mexicanos como Juan de la Cabada, Elena Garro y la poeta Concha Urquiza. Es autora del libro La memoria del tiempo (la experiencia del tiempo y del espacio a través de la memoria, en Los recuerdos del porvenirde Elena Garro), publicado por el Instituto de Investigaciones Filológicas en coedición con Ediciones Coyoacán, 2004. Su libro, De contrarios principios engendrada…Poesía y prosa de Concha Urquiza, fue editado por Difusión Cultural, UNAM (Col. El Estudio) en 2009. Diversos artículos suyos han sido publicados en revistas especializadas y de difusión.

A partir de 2012 dirige un proyecto de investigación sobre poesía mística en México que ha contado con financiamiento de DGAPA-UNAM durante algunos periodos: de 2012 a 2014 a través del PAPIIT “Poesía mística mexicana (tipología y tradiciones)” y en 2017 por medio del PAPIME “Mística y lenguaje poético: acercamientos desde la poesía de los siglos XX y XXI”. Productos derivados de estos proyectos son los volúmenes colectivos: La palabra inspirada. Mística y Poesía en México y en América Latina (México: UNAM, 2014) y Los ríos sonorosos de la palabra (Mística y Poesía)(México: UNAM, 2018). A continuación, reproducimos un fragmento tomado de la participación de la Dra. León Vega en este último libro:

Al enfrentarnos a la poesía de místicos “consagrados” por la tradición, pero sobre todo a textos de poetas modernos que se inspiran en ellos o cuyas expresiones provienen de una vivencia mística, o cercana a ésta, habría que actuar con cautela. En efecto, la presencia de temas y expresiones típicamente místicas en un poema que acusan un explícito diálogo intertextual con varias tradiciones místicas de diferentes épocas, no pueden por ello considerarse místicas, ni calificar a su autor como místico. Por lo tanto, se hace necesario emprender el análisis poético —como sucede de manera ejemplar con los ensayos de este libro— en su contexto específico con una actitud abierta y flexible, no tanto para poner a prueba conceptos establecidos, sino sobre todo para hilar fino en cada caso y poner de relieve elementos significativos y característicos de las obras, siguiendo las mejores enseñanzas teóricas. Y es que la tradición mística y la tradición literaria de la que somos herederos, ha reconocido a las figuras cimeras basadas también en una tradición teológica institucionalizada. Ello actúa en dos sentidos opuestos: en el positivo, al establecer una suerte de canon que distingue los límites de la poesía mística de otros registros poéticos, apelando a su especificidad temática, léxica, semántica y retórica, evitando hasta cierto punto las confusiones y generalizaciones. En el lado negativo, tal preceptiva respecto a la experiencia mística o equiparable a ella y al lenguaje que la puede expresar —en este caso específico sobre el rasgo de la inefabilidad del habla mística—, resulta insuficiente, pues no permite esclarecer del todo si en la literatura mexicana podemos hablar de una poesía “verdadera”, “cabalmente mística” (35-36).

 

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